jueves, 31 de octubre de 2013

Mi novia, virgen, quiere tener relaciones conmigo. Soy casto. Temo que le duela demasiado y que no quiera hacerlo más. ¿Hay manera de evitarlo?





Sí, aunque los nervios y la inexperiencia no suelan favorecer el disfrute de este acto inaugural.  Pero el dolor de las féminas no se debe a la ruptura del himen, la muy flexible membrana que no obstruye la vagina del todo pues tiene una o varias “entradas”.  El pene en realidad no tiene obstáculo que romper; debería deslizarse suavemente por alguna de dichas entradas sin causar dolor.  Cuando éste existe, es porque la dama, presa de la tensión, contrae los músculos vaginales o porque su caballero está siendo rudo.  Toda la calma, lentitud y suavidad posibles son sus aliados; la prisa y la brusquedad, los enemigos.  Tenga un buen lubricante a mano.  Prolongue los juegos previos que distienden y excitan; lo demás vendrá por añadidura.  Ojalá también un gozoso futuro en el Campo de Venus.

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