La tendencia a procurarse excitación
sexual al morder o ser mordido se denomina odaxelagnia y se considera inocua
pues, en ella, de mordiscos de pequeña intensidad se trata. Son muchas las personas que encuentran placer
intercambiando mordisquitos en distintas partes del cuerpo durante las lides en
el Campo de Venus. Pero los mordiscos de
su dama, que pareciera rozar más bien las fronteras del vampirismo, no son
inofensivos. Las magulladuras y el dolor
que su voraz amante le regala hacen sospechar de cierta tendencia
sadomasoquista que usted no parece compartir.
Cuidado. Un apretón más de mandíbula
puede tornar en bocado y en derramamiento de sangre.
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