La práctica del cibersexo es cada vez
más común. Su atractivo radica, entre
otras cosas, en que la intermediación de la pantalla libera de los temores que
entraña el contacto cuerpo a cuerpo.
Así, resulta difícil no aferrarse a ella y fácil que la realidad inhiba
a su miembro tan cómodamente instalado en el escenario virtual. Hay quienes se relacionan tan intensa y
profundamente en el Cibercampo de Venus que abandonan sin angustias todo otro
terreno. Pero si usted añora los
placeres del tacto, del olor y del gusto, no los dé por perdidos. Quizá pueda con ellos, pero no tome por
fracasos los sinsabores de los primeros intentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario