El término “afrodisiaco” (sustancia
que incrementa el deseo sexual) se deriva del nombre de la diosa griega del
amor, Afrodita, divinidad relacionada con la fecundidad y la energía
primaveral. Los frutos marinos han
adquirido la reputación de despertar la excitación sexual, así como otras
comidas y bebidas a lo largo de la historia.
Sin embargo, la ciencia no tiene pruebas concluyentes de que esto sea
así, y se piensa que esta fama puede deberse al efecto placebo: el que se
produce cuando una sustancia surte un efecto positivo en el “enfermo” porque
éste cree firmemente que ella posee la capacidad de “curarlo”. Dicho esto, no descarte que su dama,
previamente convencida de los mágicos poderes de los mariscos, arda en el fuego
de la pasión ante un suculento banquete marino.
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