Usted describe síntomas de una severa
“claustrofobia” (fobia a la permanencia en espacios cerrados). Si este trastorno se limita a la
circunstancia descrita, su dama podría calificarse como “claustrofóbica
sexual”. La dimensión de su dormitorio
es irrelevante y una mudanza sería inútil.
Su Campo de Venus parece restringirse pues a parques, jardines, playas,
campos, terrazas, azoteas o desiertos.
Suponiendo que usted logre acomodarse en espacios semejantes y aceptar
gustoso la constricción que la fobia de su novia supone, evite la mirada
ajena. Nuestro Código Penal reprime con
pena privativa de la libertad “gestos, tocamientos y (…) cualquier otra
conducta de índole obscena” en lugares públicos. Sospechamos que, tarde o temprano, su dama
requerirá ayuda especializada; ojalá no sea encerrada tras las rejas.
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