Usted aba de descubrir su talón de Aquiles: la
abundancia de carnes que lo desbordan.
La paradoja que lo afecta no es poco común: a deseo más intenso, mayor
autoexigencia y “peor” rendimiento. Ésta
es la única explicación al contrasentido que lo acongoja y atormenta. Está ante una crucial disyuntiva: afrontar
valientemente su selectiva disfunción u optar, facilistamente, por soslayarla;
permanece con delgaditas que lo encienden menos o se aventura con excitantes
rellenitas que desafían sus performances.
Ignoramos si se ha molestado usted en averiguar cómo calificarían las
damas involucradas el rendimiento que tanto lo inquieta. Quizá no lo ha hecho lo suficiente. Nos atreveríamos a sugerirle sondear la
opinión de ellas; éstas podrían resultarle decisivamente edificantes y
esclarecedoras.
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