No son pocas las erecciones que trastabillan frente
al tan necesario y, también para usted, antipático adminículo de protección,
que suele aparecer como un verdadero bache en el fluido y natural transitar por
el Campo de Venus: colocárselo no solamente supone la suspensión de las acciones,
un paréntesis forzado, sino que obliga a una ejecución tan virtuosa que ataje
las inseguridades, que siempre acechan.
Quizá su pareja debiera compartir su tribulación y encargarse,
alegremente, de dicha colocación, trocando, así, su tormento en fantasía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario