Sospecho que mi hija está por tener o que ya ha tenido relaciones sexuales. Por más que la interrogo, no me lo confiesa. ¿Qué hago para que se cuide?
Es frecuente que las progenitoras no logren
constituirse en espontáneo receptáculo de las confesiones íntimas de sus
hijas. Sin embargo, es preferible asumir
que sus sospechas son fundadas, no sólo porque el olfato materno suele ser
digno de credibilidad, sino porque en este orden de cosas vale mucho más
prevenir que lamentar. Creemos que
seguir sometiéndola a interrogatorios puede ser tan inútil como
contraproducente. Abandónelos y concerte
una cita entre su hija y un ginecólogo, que la orientará sobre los métodos
anticonceptivos y de protección más adecuados, y le indicará cómo empezar a
transitar o seguir transitando, por el buen camino, el Campo de Venus.
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