Su problema ha sido objeto de estudio por los
sexólogos. El cine en general (y el
pornográfico en particular) tiende a convertirse en paradigma y genera
expectativas en la vida cotidiana que, como difícilmente se cumplen, generan
tristes decepciones. El sexo real no es
exactamente como el porno, y el primero termina dejando mucho que desear. Lo que para su acompañante es poderosa fuente
de estímulos, resulta en usted apocador.
Si le es imposible gozar con lo que a su pareja enardece, quizá pueda
ésta prescindir gustosa de ello. Pero la
superación del desencuentro no pasa por la inmolación de ninguna de las partes.
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