Su pregunta nos sitúa en terrenos pantanoso para la
ciencia. Quizá su amante, al incursionar
en el ámbito extramarital, haya llegado a sentirse más atractivo y valorado, y
que el sentimiento de su virilidad reafirmada haya redundado “positivamente” en
su relación oficial. Ciertos científicos
postulan que el aumento de la actividad sexual incrementa los niveles de
testosterona (la “hormona sexual” masculina), lejos de agotarlos. Una mayor exposición a estímulos sexuales
generaría pues un incremento en la producción de testosterona y la consecuente
exaltación de la libido. Consideremos
que la infidelidad puede tener los efectos contrarios, nada felices. La confesión de su amante nos recuerda el
dicho que reza “Nadie sabe para quién trabaja”.
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