Sólo en las películas los orgasmos simultáneos se
dan como por arte de magia cotidiana. En
la vida real, esta mítica sincronía pocas veces sucede y obstinarse en lograrla
puede arrastrarlos por el camino de la frustración. No hay receta para homologar la disimilitud
de vuestros ritmos. Agradezca dos
insólitos tesoros que la Naturaleza le ha regalado: la capacidad suya –inusual
entre las damas- de llegar al clímax, y la posibilidad de su novio –también
infrecuente entre los varones- de demorarse más que usted.
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