El comportamiento de su cónyuge se asemeja al de
los somnofílicos, personas que sólo pueden mantener la excitación al ver a las
personas dormir. Esta inclinación se
denomina también Síndrome de la Bella Durmiente. De las “desviaciones” sexuales, es una de las
más frustrantes para quien la padece, pues es ciertamente complicado realizar
la menor aproximación erótica –y el coito, ni se diga- sin que el deseado
cuerpo dormido despierte. Si su
caballero padece este síndrome al punto de que nadie en estado de vigilia es
capaz de avivar su pasión, debiera buscar ayuda psicológica.
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