Para una dama es más difícil que para un caballero
llevar la calvicie con dignidad, pero sospechamos que su peluquín está algo demodé.
Existen pelucas de última generación, elaboradas con cabello natural,
que no pueden detectarse ni a centímetros de distancia y que ofrecen gran
seguridad. Éstas comportan mallas
sintéticas semitransparentes que se adhieren con distintos tipos de pegamentos,
tan firmemente que puede lavarse diariamente la cabeza o zambullirse en el agua
sin que se le desprenda. Portar bisoñé
en el Campo de Venus no comportaría riesgos, aunque frenético fuera vuestro
intercambio carnal, a no ser que por desventura se topara con un tricofílico
(fetichista del cabello) extremo y aguzado, cuya excitación sexual dependería
de la interacción con su falsa cabellera, ya sea jalándola fuertemente o
gozando con perspicacia frente a su acicalamiento.
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