Yo siempre tuve cuerpo. Y mis padres también y mis
hermanos así como con la gente que fui al colegio o a la universidad. Más tarde
en los sucesivos trabajos que me gane la vida. Solo conocí a individuos
corporales, por eso me choca que hablemos de él
como si se tratara de una adquisición reciente, cuando lo cierto es que ya en la actualidad prehistórica nuestros abuelos se desenvolvían con
cuerpos que en lo sustancial no eran muy
distintos a los actuales. Sin embargo no hemos logrado convertir esta presencia orgánica en un proceso
rutinario; de hecho no vamos a ningún sitio sin el cuerpo, al que hemos
convertido en el centro de nuestras atenciones y en el protagonista de los
mensajes publicitarios, que son los más eficaces en la creación de modelos de
realidad.
Otra cosa rara es que, pese a las pasiones que despierta, aun no se
sabe de nadie que haya conseguido tener más de un cuerpo, lo que sería muy
ventajoso, incluso para quienes viven directamente de él .. Bien pensado, quizá
sea la nostalgia de no poder tener más de uno lo que mueve al mundo. Algunos
empresarios se refieren a los
trabajadores de su plantilla como si fueran órganos propios “Mi empresa es una gran familia que da de
comer a siete mil familias”, dicen cuando intenta conseguir algún beneficio de
la Administración, y uno nota que se refiere a esas personas como a un conjunto
de cuerpos que se multiplican de laguna
forma misteriosa. “Este año se han incorporado dos mil personas a nuestra
cadena de montaje en Japón”, decía hace poco un magnate del sector
automovilístico. La utilización habitual de este verbo incorporar da una idea de hasta qué punto la actividad empresarial
bien a cubrir la nostalgia de no tener más que un cuerpo en exclusiva.
Cuando un empresario logra que su negocio adquiera el
tamaño mínimo exigible para ser temido o
respetado en la sociedad en la que actúa, lo primero que hace es contratar a
alguien capaz de diseñarle una imagen corporativa.
A nadie le gusta que confundan su cuerpo con el del otro, aunque sean iguales,
de ahí que ganen tanto dinero quienes se
dedican a construir las señas de identidad de los grandes monstruos
financieros. Y cualquier empleado que pretenda progresar no ignora que hay un
estilo IBM, Philips, Moris, o TWA, al que debe ajustarse su comportamiento: Más
de uno ha sido relegado a tareas secundarias por carecer de identidad
corporativa…… Continuara
Artículo de Juan José Millas las fotos son de Juan Hidalgo “Hombre , mujer
y mano”.
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