Esta interrogación tiene a ser en
sí misma problemática, pero lo es más en las susodichas circunstancias. Tenga presente que se trata de una “falsa
pregunta”, pues quien la hace no espera como respuesta la verdad, sino un “No”
o algún equivalente, aunque no puede descartarse que a éstos replique ella con
un furibundo “¡No me mientas!”. No
intente atenuar su respuesta con diminutivos como “gordita” o “llenita”, pues
no hará sino empeorar la situación. En
este caso, como en otros concurrentes en el Campo de Venus, las mentiras
piadosas (afirmaciones falsas proferidas con intención benevolente) pueden
resultar convenientes. Quizá con una o
varias de este tipo acalle la pregunta e indemnice su libido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario