jueves, 19 de febrero de 2015

No cabe duda que a muchos de los hombres les llaman la atención las mujeres bien femeninas, con mucha curva; a otros le agradan más las delgadas y quizás a unos cuantos las rellenitas, pero existe un número no despreciable de varones los que desviven por las mujeres atléticas.
Hoy cuando el tema de las esculturas físicas está en boga producto de la cercanía del verano y están todos preocupados de afinar los últimos detalles para la temporada de playas y piscinas, existe un gran número de mujeres que se ha hecho adicta al ejercicio y que apuesta por la tonificación en extremo.
Mujeres que son capaces de pasar horas y horas en un gimnasio levantando pesas y trabajando su cuerpo, preparándose para concursos y elevando sus estándares de volumen muscular, la fuerza y la simetría de sus músculos.
Ello no tiene nada de cuestionable. Al contrario. Lograr tal grado de desarrollo corporal requiere dedicación a tiempo completo entrenamiento a conciencia, muchos sacrificios y años de trabajo. Y eso es muy elogiable.
Lo que estamos tratando de dilucidar es que si a los hombres les gustan las mujeres vigorosas y compulsivas, con cuerpos hinchados de músculos, abdómenes marcados, piel sin celulitis, mucho volumen y definición, pura fibra y obsesionadas por el cuerpo perfecto.
O bien prefieren los cánones normales de femineidad y sex appeal, con un desarrollo armónico y simétrico de sus curvas y potencialidades físicas. Y para ello, dejamos abierto el debate

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