La operación no tendría por qué
acarrearle mayores ni peores problemas que los que ahora enfrenta. La cirugía que apunta a corregir la curvatura
peneana que impide la penetración y causa el dolor que ahora padece, tiene,
como toda intervención quirúrgica, posibles complicaciones. Las más frecuentes en este caso son la
disfunción eréctil, la corrección sólo parcial y la recurrencia, pero el
especialista elegirá el tipo de intervención menos riesgoso. Examine pros y contras, el ahora y el posible
después, y quizá vea que no hay mucho que perder, frente a la posibilidad de
recuperar los placeres de su pretérita vida sexual.
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