Jean, Surco
No existe en el mercado marca ni
talla alguna de preservativo que libre a los varones de este problema tan
común. Al momento de colocarse un
preservativo, usted interrumpe los juegos preliminares para intentar la
colocación exitosa del adminículo, deja de recibir los estímulos que mantenían
erguido su miembro, su atención se distrae de su pareja para concentrarse,
seguramente apurado, en dicho proceder y surge el temor a que ocurra, una vez
más, el consabido decaimiento. Fatal combinación. Delegue esta función a su dama y es muy
posible que su miembro gane, gracias a sus buenos oficios, inquebrantable
firmeza y una dosis adicional de placer.
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