Milagros, La Victoria
El sexo y la comida son placeres
ancestralmente asociados y hay quienes utilizan el cuerpo como “lienzo
culinario” para proporcionarse regodeos
exquisitos. Ciertamente, mucho depende
del menú. Los manjares preferidos son la
crema, los helados, los chocolates, las mermeladas, el yogur, la miel y, para
los más lights, las frutillas. ¿Carta
exclusiva para dulceros? La sal y otros
condimentos pueden causar ardores nada deseables en ciertas partes
íntimas. Desaconsejados para el “sexo
culinario” son el cebiche, por supuesto, y otros preparados con ají y
limón. Se recomienda degustar productos
frescos y de buena calidad. El peligro:
abusar de la sazón y terminar apagando un fuego muy ajeno al de la pasión.
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