Desde hace unos años se habla en los medios de las
rainow parties o “fiestas arcoíris”: ágapes en los que cada chica se pintaría
los labios con un color diferente para luego, una por una, dejar su marca oral
impresa en el miembro viril de cada convidado, dejando sellado un arcoíris en
él. Todo parece indicar que estas
variopintas fiestas son sólo una leyenda urbana surgida de la paranoica
imaginación de los padres al descubrir los polícromos lápices labiales de moda
entre las pertenencias de sus hijas.
Mito o realidad, es hora –si no lo ha hecho ya- de hablar con su
descendiente acerca de los graves peligros que encarna la práctica del sexo
oral sin protección y de qué calaña son verdaderamente las reuniones a las que
asiste.
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