Su sangrado puede haberse debido a la ruptura del
himen, que suele producir también normalmente cierto dolor. Es frecuente que esta sensación acompañe las
primeras veces y es de esperarse que vaya desapareciendo para dar, finalmente,
lugar al placer. El miedo, el nerviosismo
o la penetración precipitada sin la excitación que posibilita la lubricación
pueden ocasionar la contracción de los músculos vaginales, generando cierta
obstrucción y el consecuente dolor.
Quizá su novio debe afinar su proceder.
Tranquila. Está dando sus
primeros pasos en el Campo de Venus, donde siempre habrá algo que aprender.
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