Los científicos denominan “hipersexualidad” a las
ganas constantes e irrefrenables de tener sexo.
Consulte al médico si éstas llegan al punto de colmarlo de ansiedad, de
llevarlo a riesgos, descalabros económicos (gastos en prostitutas, casas de
masajes, tours sexuales, etc.) o perder su trabajo por falta de concentración o
acoso. Si no es para tanto, piense que
la intensidad y la frecuencia del deseo sexual varían entre los humanos; que lo
que para usted es un deseo “normal” no tiene por qué serlo para su dama. Intente encenderla por todos los medios, pero
sepa que no son muchas las personas capaces de seguirle el ritmo a tanto
ímpetu. Y no es que le convenga una dama
con rasgos de ninfomanía. También hay
quienes no están hechos para la monogamia.
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