Todo comportamiento
erótico, tiene como fin supremo alcanzar la destrucción del egoísmo y sus integrantes.
Acercarse el uno
al otro es una necesidad que no tiene sexo.
En el momento de
la destrucción del egoísmo, el compañero masculino asume el papel activo.
La parte femenina
es la pasiva.
La disolución de
la parte pasiva no tiene más sentido para la parte activa, que preparar una fusión
en la que se mezclan los dos seres, alcanzando juntos el mismo punto de disolución.
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