La eyaculación sin erección es perfectamente
posible, dado que los reflejos de la erección y los de la eyaculación son
neurofisiológicamente distintos: durante la erección, los cuerpos cavernosos
del pene reciben mayor afluencia de sangre y sus vasos se dilatan, y en la
eyaculación se expulsa el semen a través de la uretra. Estos dos procesos diferentes, que usualmente
se asocian, en usted se dan por separado.
El hecho de que el disfrute de su dama no se vea menguado por el
singular comportamiento de su miembro viril demuestra que ella, afortunadamente
para ambos, no engrosa las nutridas filas de quienes otorgan una importancia
exagerada a la penetración.
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