viernes, 25 de diciembre de 2015

A mi amante le gusta ingerir mi semen y yo disfruto viéndola. ¿Es una enferma porque le guste eso y yo por quererlo?



Ni la voracidad de su dama ni el goce que éste le proporciona son dignos de tal calificativo.  Así como hay hombres a quienes el destino de su emisión seminal les es completamente indiferente, hay, como usted, quienes disfrutan extraordinariamente de que el receptáculo sea la oralidad femenina.  Y así como muchas mujeres rechazan visceralmente tal proceder, las hay como su amante, que alcanzan así las cimas del placer.  Ésta es una práctica aún tabú en Occidente, mientras que en otras culturas es vista como natural y beneficiosa.  Ustedes han hallado un goce mutuo que no tiene por qué atribularlo, siempre y cuando esté completamente seguro de no ser portador de ninguna enfermedad de transmisión sexual.


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