Imposible vaticinar si el swinging (actividades sexuales de
intercambio de pareja) sería recomendable en vuestro caso, y quizá tampoco
ustedes puedan predecirlo. Los riesgos
son la irrupción de los celos y el involucramiento afectivo con un tercero. Según los defensores del “swinguerismo”,
estas posibilidades están negadas, pues la pareja lo realiza de común acuerdo,
permite diversificar su sexualidad, elimina la infidelidad y destierra lo
romántico incluyendo lo exclusivamente genital.
Los celos se desactivarían al saber que la pareja no busca amor ni algo
permanente, sino un momento de sexo sin compromiso. Todo esto suena sensato, pero no todos están
hechos para ser dichosos espectadores del goce de su pareja con un tercero.
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